Replantearse la convivencia en este planeta está en manos de los ambientalistas.
Ronny Yinki
Martes 12 de abril, 2011
Ser un ambientalista en un país latinoamericano, donde la agenda publica, está abarrotada de problemas sociales sin resolver, es definitivamente un acto temerario, para no decir casi heroico. Aun así, donde aparentemente todo se ve en contra, replantearse la convivencia en este planeta está en manos de los ambientalistas.
A continuación, escribo estas líneas por si algún osado lector, decide considerar acompañarnos en esta cruzada, casi quijotesca, de aspirar a vivir en armonia, en paz y en la tranquilidad de saber que no le hacemos el mal a nadie, y en ese nadie. se incluyen las otras especies distintas a la humana.
Un ambientalista tiene como misión de vida re-imaginarse el mundo, entender y hacer entender que todas las especies que lo habitan tienen derecho a la vida, y aun en el último segundo o latido, tenazmente debemos defender. Aceptar la existencia del “otro”, es el primer compromiso. La cual debemos comprender y respetar. El “otro” puede ser una persona que piense distinto a nosotros, con diferentes religiones, credos y razas. Pero también, pueden ser las distintas especies animales, ecosistemas, habitas, y seres vivos que nos acompañan en la Tierra.
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