El Universal Mayte Navarro
5 de abril del 2011
En Medellín, Gobierno y ciudadanos coincidieron en hacer de una extensa área verde el Parque Arví, el fin, defender y hacer prevalecer en el tiempo esa reserva forestal protectora
La protección de los espacios verdes de una ciudad va más allá de lo estético, pues forma parte de su propia sobrevivencia. Medellín, capital que ha luchado por ser más humana y lograr espacios seguros para sus habitantes, se enorgullece del Metrocable como transporte público y ahora lo ha vinculado a la naturaleza con la apertura del Parque Arví, ubicado en un área decretada Reserva Forestal Protectora, donde está prohibida la tala, la quema del bosque y cualquier otra actividad que vaya en contra de las protección de las aguas, los suelos y los bosques de ese territorio.
Las 1.761 hectáreas del parque, ejemplo de la flora tropical húmeda de montaña, se constituyen en lugar de recreo, además de servir de pulmón vegetal para la ciudad.
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