Carecen 41 metrópolis de los sistemas para registrar y controlar la contaminación
Adriana Alatorre
El norte, Ciudad de México, 06/02/2011
Sólo 15 de las 56 zonas metropolitanas que existen en México cuentan actualmente con un sistema de monitoreo de la calidad del aire que proporcione datos regularmente.
La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) establece que "la calidad del aire debe ser satisfactoria en todos los asentamientos humanos y las regiones del país" y detalla que los gobiernos estatales y municipales deben operar sistemas de registro de datos atmosféricos para prevenir y controlar la contaminación.
No obstante, en 18 entidades no se cuenta con equipo para recopilar y difundir información en la materia.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SNICA), a la fecha se han creado 26 sistemas de monitoreo en zonas metropolitanas, de las cuales 11 no funcionan.
Ana María Contreras, directora de Calidad del Aire de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dijo que, durante 2009 y 2010, el Gobierno federal invirtió 124 millones de pesos en la compra de estaciones para el registro de datos y la rehabilitación de redes ya existentes en diversas ciudades.
Advirtió, sin embargo, que en algunos casos las autoridades no le brindan la importancia que amerita al cuidado de la calidad del aire, relegan el mantenimiento del equipo y dejan de generar información útil para la población.
"Un ejemplo es Toluca, con una red de monitoreo que se cayó totalmente por falta de mantenimiento. Es una pena, porque era una de las mejores estaciones. El Congreso invirtió ahí 20 millones de pesos", señaló.
Según el SNICA, el sistema de Toluca dejó de generar datos desde el 21 de mayo de 2009. Apenas este mes, la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México informó que adquirió nuevo equipo para las siete estaciones con las que cuenta la capital de la entidad y adelantó que empezará a difundir información a partir de febrero.
Otro caso crítico, alertó Contreras, es el de Guadalajara. A las ocho estaciones que existen en la capital de Jalisco, detalló, les faltan calibración, refacciones y atención en general.
"El monitoreo no ha colapsado totalmente, pero el equipo está en pésimas condiciones, a pesar de la gran inversión que se hizo", reprochó.
En tanto, según los datos del SNICA, existen diferencias marcadas en la capacidad de las redes que operan actualmente.
Mientras en el Valle de México existen 34 estaciones de monitoreo y se da seguimiento a ocho sustancias contaminantes, en Ciudad Juárez sólo se cuenta con tres equipos y se mide la presencia de dos sustancias.
La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) revisa actualmente el anteproyecto de Reglamento de la LGEEPA en Materia de Prevención y Control de la Contaminación de la Atmósfera.
"La contaminación atmosférica genera una problemática de alta prioridad debido a las consecuencias en la salud de la población. Es del conocimiento general que la mala calidad del aire agrava los casos de enfermedades respiratorias, elevando las tasas de mortalidad y morbilidad", indica.
Los sistemas de monitoreo de la calidad del aire, plantea, deben establecerse en asentamientos humanos con más de 500 mil habitantes y aquellos con emisiones superiores a 20 mil toneladas anuales de contaminantes criterio a la atmósfera.
"Los gobiernos de las entidades federativas y los municipios enviarán a la Secretaría (de Medio Ambiente) los reportes de monitoreo atmosférico mediante transmisión electrónica de los datos, para que sean integrados al Subsistema Nacional de Información de la Calidad del Aire y Emisiones", señala el artículo 45.
En el caso de estaciones automáticas de monitoreo, detalla, los datos de calidad del aire se enviarán en tiempo real y serán validados en reportes semestrales.
Sequía de datos
Con una población de 875 mil habitantes, más los que se suman los fines de semana, la zona metropolitana de Cuernavaca dispone de una sola estación automática de monitoreo atmosférico, que no genera información regularmente por falta de recursos para darle mantenimiento.
La última vez que proporcionó datos al SNICA fue el 1 de mayo de 2006.
El biólogo Gamaliel Parra, encargado de la Red de Monitoreo Atmosférico del Estado de Morelos, relata que la medición de contaminantes inició en 1996 con un equipo manual facilitado por las autoridades del Distrito Federal.
En 2000, detalla, se instalaron dos estaciones automáticas: una en el Palacio de Gobierno, en Cuernavaca, y otra en Ocuituco, cerca del volcán Popocatépetl. En 2006 entró en operaciones una más en Cuautla.
Sin embargo, lamenta el funcionario, la red ha funcionado de manera muy irregular por la insuficiencia de recursos.
"No podemos darle mantenimiento a los equipos. Nosotros mismos intentamos arreglarlos cuando se descomponen y no hay recursos para hablarle a la consultora (que se encarga del mantenimiento)", comenta en entrevista.
"No tiramos nada y guardamos lo que funciona para poder repararlas".
La estación instalada en la azotea del Palacio de Gobierno, con capacidad para medir las concentraciones de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, bióxido de azufre, ozono y partículas suspendidas menores a 10 micras, reconoce, ha dejado de operar por periodos de hasta un año por alguna descompostura.
"Lo mismo pasó con la estación de Cuautla, a la que le cayó un rayo y estuvo descompuesta alrededor de ocho meses en 2009", apunta.
El Programa para el Mejoramiento de la Calidad del Aire de la Zona Metropolitana de Cuernavaca 2009-2012 advirtió que el área enfrenta un importante reto en materia de contaminación atmosférica por su orografía, el rápido crecimiento demográfico y la afluencia de vehículos automotores provenientes de la Ciudad de México durante los fines de semana y periodos vacacionales.
Reconoció además que la red de monitoreo atmosférico operaba de forma irregular.
"Específicamente en la Zona Metropolitana de Cuernavaca los datos con los que se cuenta no permiten establecer un diagnóstico confiable de las tendencias de los contaminantes criterio a lo largo del tiempo", apuntó.
México cuenta con una superficie forestal aproximada de 138 millones de hectáreas que representa el 70.4 por ciento del territorio nacional 
